@El Chamaqueado, se ve que el místico está pegando con ganas, yo las únicas máscaras que he tenido han sido la del Último Dragón y la de Conan (cuando todavía traía máscara), recuerdo que era roja. Por cierto, me acabo de enterar que el Sensacional de Luchas si tuvo continuación, la revista que le sucedió se llamaba Los Luchadores o algo así, de esta última no tuve ejemplares.
Dragón y Lupe. Thierry Davo leyó mi post anterior (o sea el siguente a éste) y me envió un par de portadas de una revista seriada que llevé durante poco más de un año, Dragón el karateca, rebautizada como Dragón. Después de cuatro años, Arturo Lucero, el guionista anterior, se había cansado y se necesitaba un relevo. Los personajes y las historias se repetían, los directores de revista no sabían cómo renovarla, Arturo estaba harto y las ventas habían bajado. Me pidieron una propuesta y lo primero fue una masacre para deshacernos de los personajes que no funcionaban y para meter a algunos nuevos.El argumento general era previsible. Dragón era un karateca criado en algún monasterio o dojo japonés, o vaya a saber dónde se críen los ninjas por allá. Tenía un némesis, Áspid, el malo de la película, que siempre usaba una capucha negra que en la frente tenía el dibujo de... una cobra, no de un áspid. Se suponía que nadie debía darse cuenta del cambio de animal, y no era yo quien fuera a librar una lucha de principios al respecto. "Por qué una cobra?" "Porque es más llamativa que un áspid." Y así las cosas.Propuse, después de unos capítulos de transición, llevar a Dragón a México, porque encontraba a su verdadero padre, Rodrigo León de Mendoza, en la vida real el nombre de un tío bisabuelo de mi hija Eunice. Don Rodrigo era asesinado después de unos números, Dragón terminaba en un manicomio y allí Áspid trataba de matarlo. Como estaba inconsciente, lo salvaba una muchacha llamada Lupe (la que aparece en la portada de allá arriba). Ella se encargaba de trapear el hospital, y usaba el simple método de darle en la cabeza con una cubeta al ninja. Se llevaba a Dragón a su casa y allí empezaba un romance entre ambos.La idea era dar un contraste entre la solemnidad de Dragón y el desparpajo de una muchacha de la colonia Morelos, y funcionó. La revista se sostuvo y subió el tiraje a más del doble. Lupe tenía un hermano pandillero y ladrón que se llamaba "El Tuyú".Y así sucesivamente.En una ocasión, a Lupe la secuestró no sé quién y la obligó a desnudarse. No le logró hacer nada, no recuerdo por qué, pero según mis cuentas ella se volvía a vestir en la misma escena y vivía no sé qué aventuras para escaparse. Un día, el dibujante de la revista, Arturo López Ugalde, me atajó desesperado y me dijo: "Éste es el tercer número en el que Lupe aparece desnuda. Ya no sé cómo hacerle para que no se le vea nada." Revisé el guión de tres semanas atrás y, en efecto, se me había olvidado vestir a Lupe. Había hecho de todo en traje de Eva durante dos episodios y medio...Después de unos setenta números estaba agotado y pedí que me relevaran. Pusieron en mi lugar a Pablo González, que sufrió durante el año y resto que aún le quedaba a la revista. Le recomendé una masacre como la que había hecho yo y no se la permitieron, ni meter a nuevos personajes ni hacer otra cosa que seguir con lo que ya venía, Lupe y Tuyú incluidos. No eran sus personajes, y le exigían que conservara el perfil, el lenguaje y todo eso, así que me odiaba más de lo que reconocía en nuestras pláticas, reuniones y viajes, porque éramos muy cuates.Se me había ocurrido embarazar a Lupe porque mi ex Luz María estaba embarazada de mi hija Eunice. Había sospechas de que eran gemelos, y embaracé a Lupe con gemelos. Lupe tenía unos antojos terribles, como chilaquiles con cajeta y salsa catsup, no muy diferentes a los de Luz María (un día debí ver cómo engullía un gran taco de arroz con mermelada de fresa; otro, una torta de frijoles con miel y chile). Y en ésas estaba cuando dejé la revista.Áspid secuestró a uno de los gemelos, para criarlo y educarlo a su muy maldito modo. Después de diez episodios, Dragón mató a Áspid, y la historia terminó con --por fin!-- la boda de Lupe y Dragón, que habían vivido más de dos años en el concubinato. Pablo recuperó su paz mental y se dedicó a historietas menos complicadas y más de su estilo.No sé bajo qué criterios, pero los guiones que hice para Dragón se llevaron un premio, el Tlacuilo de Oro, en la rama de historieta. Los Flores nunca me quisieron dar una copia del diploma, o una foto de la estatuilla.Ah: parte de la emoción de la revista era ver la cara de Áspid, que siempre aparecía enmascarado. Dragón le cortó la cabeza en el episodio final, y no quiso desenmascararlo. Cosas de guerreros orientales, supongo.
Revista Sensacional De Traileros
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En realidad era divertido, pero llegó a ser angustiante. Me tocó hacer, por ejemplo, adaptaciones de El marino que perdió la gracia de mar de Mishima para El libro del amor, de Hamlet para una de motociclistas y ondas así. La gente con la que trabajaba sabía de historieta, había hecho historieta. En pleno auge, los hermanos Flores, que ya estaban viejos, se retiraron y pusieron a sus hijos en su lugar. Y éstos contrataron a gente que no tenía ni idea de historieta; pensaban en ganancias (porque se llevaban una comisión por ventas), no en hacer cosas buenas. Lo que hacían era ver cuáles números se vendían más y utilizar la misma fórmula para los cien siguientes, y así. Y, como no sabían mucho de historieta, trataban de ser más "agudos" y estrictos y creativos que los guionistas. Eran de ley los tipos que te mandaban a hacer una, dos, tres, cuatro corrrecciones y al final decían: "Creo que la primera versión estaba mejor. Tráela y se queda como está." O una a la que recuerdo bien, con la que sólo trabajé una vez, que te decía después de la cuarta corrección: "Mejor busquemos otra idea. Esa no funcionó." Y después te la pedía dos o tres meses después, tal y como había quedado en la primera corrección.Además de la crisis económica y lo que sea, me parece que la gente se hartó de que le dieran tonterías. Los mejores guionistas se fueron retirando, y pasaron a hacer puras cosas bien obscenas: es sabido que los lectores de historieta son casi neanderthales, y que responden al morbo y a los instintos básicos. Y empezaron a tronar las revistas como ejotes. Y en vez de dar marcha atrás se pusieron a hacelas aún más cochinas.Eso fue por allí de 1997-98. Trataron con nuevos temas, nuevas revistas, lo que sea. Todavía en 2000 hice un par de guiones para EJEA, ya en El Salvador. Y de pronto desapareció su página de internet.Había varios dibujantes espléndidos que quién sabe dónde estén ahora. Varios emigraron a EU, con buena fortuna.Todo lo que sube...Rafael.
En la década que salió a la venta "Dragón el Karateca" (Sic). fué justamente cuando estaban en su apogeo las peliculas de ninjas aquí en México, incluso los parques públicos se llegar a saturar de "grandes maestros" que camuflados "instruían" a sus discípulos en el refinado arte del asesino del silencio.En un inico, "Dragón el Karateca" fué sin duda un trabajo de gran calidad en todos los aspectos: dibujo, color, pero sobre todo guión. Arturo Lucero y Arturo López Ugalde profundizaron en la cultura oriental con lo que lograron enganchar al público conocedor utilizando incluso nombres de armas, personas, escuelas y estilos reales. Desafortunamente, hubo durante cierto momento, la proliferación de revistas cuyo contenido erótico, palabras coloquiales e incluso altisonantes donde mostraban escenas de sexo apenas disimuladas por los globos de texto. Como era de esperarse, el morbo, la novedad, pudo más que ver a unos Karatekas peleando con espaditas. La editorial decide dar un giro, sin embargo, Arturo Lucero no estaba dispuesto a aceptarlo nada mas así como así. Recordemos que para un guionista y un ilustrador, los personajes vienen a ser como hijos propios y en el caso de Dragon el Karateca, era pasar, de un proyecto finamente logrado a un producto que por decirlo de alguna manera se prostituyera para poder mantenerse en el mercado. Como era de esperarse, se tuvo la "brilante idea" de cambiar al guionista, sugerir los cambios que la modernidad de ese entonces exigía y Dragón el Karateka paso de ser una Historieta de Karate a un "sensacional" mas, como sensacional de traileros, sensacional de mercados, así soy y que?, etc.Obvio es, que al paso del tiempo, la persona que queda a cargo del guión, lo pasa otra persona, la cual a su vez, no está a gusto con el producto y como comenté, esto de la historieta y del dibujo es como criar un hijo, Dragon el Karateka pasó a ser adoptado una y luego otra vez, siendo el último padre al que menos le importó pues ya el "niño" ya estaba grandecito, ya tenía sus problemas y pues la salida mas fácil era terminar con el proyecto aunque las cosas quedaran inconclusas.Dragon el Karateca es una historieta que pudo haber dado mucho mas, que si en la actualidad existiera una editorial que se decidiera a retomar el proyecto pero con la seriedad debida, podría no solo dejar muy buenas ganancias económicas, sino convertirse en un ícono del buen cómic mexicano. 2ff7e9595c
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